Melida Araniva, una periodista migueleña del canal Tropivisión (El Salvador) que estuvo encerrada con el depuesto presidente Manuel Zelaya en la embajada de Brasil, dice que éste tiene deseos de encontrar una solución negociada.
En la embajada de Brasil han caído al menos tres bombas de gases lacrimógenos, balas de goma, se escucharon ruidos estridentes y han tenido que sobrevivir sin agua y luz por algunos tramos. No todo ha sido de manera permanente, sino en ocasiones venetuales, asi lo confirma Melida Araniva, periodista salvadoreña del canal migueleño Tropivisión, que ayer abandono la embajada de Brasil, luego de permanecer en ella desde el pasado lunes.
Araniva aseguró que las bombas cayeron el martes por la mañana cuando los militares replegaron a los miembros de la resistencia próximos a la sede brasileña, pasado ese incidente no han vuelto a caer bombas. El viernes Zelaya denuncio que eran atacados con un gas que ocasionó algunos sangramientos de la garganta y nariz de algunos de los refugiados con él, en el local.
“Es cierto, se sintió un olor como cuando el gas propano se está escapando, esto provocó vómitos, dolor de cabeza y yo vi cuando una persona escupía sangre”, dice Araniva, para agregar que ella y otros colegas no se vieron afectados por la reacción. “Era como un CPU que estaba colgado de un árbol y del cual salía una manguera, no se si eso era la causa, pero doña Xiomara de Zelaya los acuso de terroristas y lo quitaron”, explica.
El diálogo de Mel
Araniva asegura que Manuel Zelaya ha mostrado durante todo el encierro mucha voluntad de diálogo. “Se nota cansado, hay incertidumbre, el muestra, hasta cierto punto, un poco de fatiga, pero sigue hablando de diálogo”, explicó la periodista.
Dice que la mejor muestra del depuesto mandatario de querer un proceso por la vía pacífica fue el desarmar a sus hombres de seguridad en la embajada. “Yo vi por lo menos de ocho a diez armas cortas, pero todas fueron entregadas el miércoles, no se si fue una petición de la embajada de Brasil, pero el mismo Zelaya dio la orden de que las entregaran, eso de muestra que no desea violencia”, explicó.
Otras de las muestras que Araniva pudo observar la periodista es que los miembros de la resistencia que permanecen dentro de la embajada hay por lo menos 60, “quisieron colgar algunas pancartas como protesta y Zelaya no los autorizó, les dijo que eso no estaba bien, eso a mi entender demuestra que quiere dialogar antes que una solución violenta”, explico.
La periodista de Tropivisión explicó que ayer en la Embajada se había realizado una misa oficiada por el padre de origen salvadoreño Andrés Tamayo, para tratar de dar calama y apoyo espiritual a las personas que siguen refugiadas.
La reportera dijo que abandonó la embajada de Brasil por las demandas de trabajo que se tienen en el canal.
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